Desperté y...nada,
Lo de siempre:
Que de aquÃ, que de allá,
Recordé la tarjetita con tu número,
Que dónde la puse, que la perdÃ,
Que ni se debe acordar.
Y...nada,
Que la busco, que aparece de pronto,
Y será una señal, o será puro azar...
Como sea, por fin, te llamé y...
Te llamé y...
Nada, te hablé,
Me hablaste, nos hablamos varias veces,
Quedamos en vernos algún dÃa,
Y ese dÃa
Acudimos a la cita y...
Y nada,
Que tu pelo, que mis años,
Que el mundo se fue a los caños,
Lo habitual, lo de costumbre:
Charlar de bueyes perdidos,
Y nosotros dos perdidos entre los bueyes.
Que qué pasó después,
Que qué siguió después,
Dejame hacer memoria, bueno...
Después nada,
Que estos son mis números,
Que me das todos los tuyos,
Que en el cine hay otra aclamada pelÃcula,
Protagonizada por una aclamada actriz,
dirigida por un aclamado director,
Y cómo se llama esa pelÃcula,
Cómo, no leÃste?
Se llama âAclamadosâ
Asà que allá fuimos
Como todo el mundo.
No sea cosa que nos perdieramos
de aclamar también nosotros.
Y?
Y...nada,
Linda, entretenida, qué se yo,
Caminar por la avenida,
Respirarnos esa niebla,
Son tus manos, es el frÃo,
O son las mÃas las que tiemblan,
Como si...como si...
Nada...como si las palabras se acabaran
Y quedaran las miradas.
Ese silencio elocuente
De almas sintonizadas.
Y la noche que bosteza
Como una fiera cansada.
Y bueno, nada,
Que tus labios, que los mÃos,
Que resabios de un olvido.
Después de todo por qué no subir
A tu casita del árbol,
Que pañuelito adorable,
Tu mundo de 8º âAâ,
Tu refugio inexpugnable.
Y nada, lo de siempre,
Que la ropa derramada,
Que las tazas ni tocadas,
El salto que pega el tiempo,
Repentina madrugada.
Y esta sorpresa de verte,
En mi pecho agazapada y...
Entonces, nada,
Que el corazón, que la razón,
Que...todos vivimos en un buzón!
Que te digo, que decime,
Que qué me querés decir,
Que perdón, te interrumpÃ,
No, no, no, te escucho, seguÃ, seguÃ,
Que eras vos la que decÃas,
No, sos vos el que decÃs,
Que dejá de dar tantas vueltas
Y decilo de una vez!
Y...y...
Y nada...
Que te quiero...